domingo, 26 de octubre de 2008

Voz

Curioso. Ando metida en un Curso -magnífico- de Doblaje y en ello noto que he envejecido ¿para bien?. Me explico. Si hace años cuando estudiaba Arte Dramático me ponía de mal humor que me obligaran a hablar “en castellano” para construir un personaje –sacado normalmente de una obra lorquiana hasta la médula- ahora me importa un bledo. Supongo que será porque he ido reuniendo la técnica suficiente –no decir corasón donde debo decir corazón, decir las aguas y no lah aguah, excelente pero no eselente, ecelente o ehelente...-. Ya me entienden. No obstante entonces me costó más de un disgusto porque claro, yo no quería trastocar el habla, máxime si desde la impericia, el desconocimiento y el complejo de inferioridad –ahora ya se ven menos actrices andaluzas haciendo siempre de chachas por mor de la lengua- me sentía en la obligación de defender el sonido andaluz en las tablas. Pues bien, superadas tales tribulaciones vengo a parar –como decía al principio- a un curso de doblaje donde lo primero que obligan es a construir la voz –el personaje- desde tan ta ta chaaannnnn “el castellano”. No dije una palabra –ni siquiera me atreví a susurrar “¿castellano? pero de dónde, de dónde....”- Cuál no sería mi sorpresa al descubrir que podía hablar perfectamente el estándar neutro y comprender que este negocio es así y si se quiere currar en ello habrá que dominar el idioma. Afortunadamente he podido comprobar todo el camino que llevo recorrido en cuanto a recursos de dicción, proyección, entonación, interpretación y reflejos, algo que claramente le debo no tanto a la carrera de Arte Dramático como a la docencia. No hay nada como un aula –sobre todo si se imparten clases de ELE- para desplegar, descubrir o perfeccionar todas las habilidades de un histrión. Llévense unos meses dando clases de español para iniciales y acabarán pronunciando el castellano tal y como se lo imponen en los medios: alto, obvio, ni seseos ni ceceos ni aspiraciones –eso sí, embrutecido hasta decir basta-. Solo hay algo que sigo echando de menos –en el teatro, en el aula, en el doblaje...-. Si cambias la dicción alteras la voz y por ende al personaje. No es igual un discurso construido desde tu voz a construirlo desde la voz que se te impone. Que se puede hacer, por supuesto. Que es lo que normalmente se hace por estos lares del sur, también. Pero hagan la prueba. Intenten decir en castellano -de Valladolid, por ejemplo- cualquier texto. O intenten este otro. A ver qué les sale. El alma seguro que no.

Quisiera estar solo en el sur

Luis Cernuda

Quizá mis lentos ojos no verán más el sur
de ligeros paisajes dormidos en el aire,
con cuerpos a la sombra de ramas como flores
o huyendo en un galope de caballos furiosos.


El sur es un desierto que llora mientras canta,
y esa voz no se extingue como pájaro muerto;
hacia el mar encamina sus deseos amargos
abriendo un eco débil que vive lentamente.


En el sur tan distante quiero estar confundido.
La lluvia allí no es más que una rosa entreabierta;
su niebla misma ríe, risa blanca en el viento.
Su oscuridad, su luz son bellezas iguales.



2 comentarios:

Unknown dijo...

leggo sempre il tuo blog
i always read your blog
leo diariamente tu blog

lo de la voz lo comparto, lo mismo pasa con el italiano,perchè è una lingua fatta di inflessioni tipiche del canto.

un beso
bacio
kiss

Bramida dijo...

¡ahora no voy a poder escribir ni una sola línea más en el blog! jajajaja caro pg :D


P.D.: "...Nel mezzo del cammin di nostra vita
mi ritrovai per una selva oscura
ché la diritta via era smarrita...
...Io non so ben ridir com'i' v'intrai,
tant'era pien di sonno a quel punto
che la verace via abbandonai..."

un beso
bacio
kiss
;)